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Una biblioteca es memoria, diálogo y luz, un estímulo constante para ejercer la pura alegría de leer. Emilio Lledó.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Cuento ganador del concurso de Navidad

LA NAVIDAD DE CELIA

Hace mucho tiempo, allá por el año 1993, en una pequeña casa a las afueras de un pueblo de Madrid, vivía una niña llamada Celia con sus padres, Carlos y Lisa. Todos los años, la pequeña Celia estaba ansiosa por que llegara la Navidad; menos este año. Al ver la pobreza que había en su casa, perdió todas sus esperanzas. Antes de dormirse decía:
-Quiero una Navidad perfecta como la que tienen todos mis compañeros. Con un regalo bonito me conformo.
El día anterior de Navidad y de que viniera Papá Noel, Celia estaba triste; sus padres seguían pobres y no podían poner árbol de navidad, guirnaldas y tampoco podían hacerle un regalo bonito. Después de cenar se fue a dormir pero, al despertar, se encontró en una habitación mucho más grande que la suya, con un montón de peluches, juguetes... Celia se asustó y se fue en busca de su padre. Al salir de esa habitación tan hermosa y grande, se encontró con una mujer de mediana edad que le dijo:
-¿Dónde va tan alterada, señorita Celia?
Celia apenas contestó. Salió corriendo como una bala en busca de su padre. Cuando lo encontró, estaba tan asustada que apenas se entendía lo que hablaba. Su padre le dijo:
-¿Qué te pasa, Celia?¿Por qué estás tan asustada?
-¿Dónde estamos? ¿Quién es esa mujer?
-Tranquila, esa mujer es Amalia, la criada, y estamos en nuestra casa.
Como Celia no se lo creía, fue en busca de su madre. Cuando la encontró le dijo lo mismo que a su padre.
Celia por fin era feliz. Tenía un cuarto lleno de juguetes y su casa era gigantesca, lujosa. Celia fue corriendo a su habitación a jugar con sus juguetes nuevos pero, aunque tenía muchos, se aburría y se le ocurrió ir a la casa de su amiga Liliana. Al salir de casa se dio cuenta de que todo el mundo la miraba mal. Cuando llegó a casa de Liliana, Celia oyó unos pasos que probablemente eran de su amiga. De pronto vio cómo abrían la puerta y salió su amiga, que le dijo:
-Márchate. Mi madre no me deja juntarme contigo.
Celia, entristecida, volvió a casa en busca de su madre para contarle lo ocurrido. Cuando se lo contó, su madre le dijo:
-Celia, cariño, no es bueno que salgas a la calle. La gente nos desprecia y nos mira mal desde que somos ricos Por eso la madre de Liliana no la dejó jugar contigo.
Celia lo comprendió todo y se fue, de nuevo triste, hasta su cuarto. Esa noche como todas, Celia volvió a hablar con Dios y le dijo:
-Aunque estoy contenta por no ser pobre, prefiero mi vida de antes. Esa en la que, aunque era pobre, tenía amigos.
Dicho esto se fue a dormir y cuando se despertó, estaba en su habitación antigua. Celia salió corriendo hacia el comedor, donde se encontró un regalo pequeñito. ¡Era una muñeca preciosa que llevaba un vestidito! Después de haber estado jugando con la muñeca, buscó a sus padres, con quienes celebró la Navidad. ¡Ah! Y con su nueva muñeca, a la que llamó Lola.
Esa noche, como siempre, volvió a hablar con Dios, pero esta vez le dijo:
-Ahora sí que estoy contenta, porque he comprendido que prefiero una navidad pobre y con amigos, a ser rica y no tener a nadie con quien jugar.

Claudia Alcalá Chacón 1º A 

martes, 18 de diciembre de 2012

Día de la Lectura en Andalucía

El 16 de diciembre conmemoramos el Día de la Lectura en Andalucía. Se recuerda en esta fecha la reunión que mantuvieron en Sevilla los escritores Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Bergamín, Juan Chabas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Jorge Guillén y Luis Cernuda para clausurar el homenaje al poeta cordobés Luis de Góngora. Este grupo de poetas se conocería posteriormente como la Generación del 27.

El 16 de diciembre, además, es el día en que nació uno de sus más destacados miembros, Rafael Alberti. Se cumple el 110 aniversario del nacimiento del poeta gaditano, último superviviente de la Generación del 27. Andalucía quiere hacerse eco de este privilegio y elegir esta fecha para celebrar el Día de la Lectura.

La alocucion de Pilar del Río (viuda del Premio Nobel José Saramago), basados en textos de José Saramago, fue la elegida este año por el Centro Andaluz de las Letras para celebrar esta efeméride. Aquí tenéis esta preciosidad de texto:



El libro, plataforma de comunicación entre personas

“Los libros de todos los días” escribió José Saramago, en clara alusión al pan que necesitamos a diario para mantenernos levanta-dos, con energías suficientes y con la curiosidad y los sueños imprescindibles, es decir, para vivir de esta manera que solemos llamar humana.

“Existe una conciencia de lector” repetía José Saramago, mientras se preguntaba por qué no somos más osados: “¿Por qué los lectores de un libro que se conocen y viven más o menos cerca no se reúnen para hablar de ese libro? ¿Por qué la lectura tiene que ser una actividad solitaria? ¿Por qué no un intercambio entre lectores y libros? ¿Por qué no hablar de un libro que se acaba de publicar o de otro que forma parte de nuestra cultura y de nuestra educación sentimental? No propongo un sistema colectivista sino la acción dinámica que supone el intercambio de ideas u opiniones sobre el libro. Porque este conjunto de páginas es algo más que un objeto que se coloca en una estantería, el libro es una plataforma de comunicación entre personas”.

“Leer es un encuentro, sí, pero también una batalla” contó en Granada una tarde lluviosa el escritor que acababa de recibir el Premio Nobel de Literatura y que seguía leyendo con la pasión de quien se acaba de estrenar en una actividad que le dará consistencia a la vida. “Leer es un auténtico diálogo entre mi sensibilidad y mi pensamiento de lector y la sensibilidad y el pensamiento del escritor. Leer es una relación”.

José Saramago proponía relaciones libres y múltiples. Decía que cada libro lleva dentro al menos una persona, el autor. A veces el número varía porque hay lectores que deciden quedarse a vivir en ciertos libros. En cualquier caso hay que tener cuidado cuando se pasa cerca de un estante, tal vez haya que acariciar algún libro para que envejezca sin pena o para que no sienta el frío del abandono. O sacarlo porque nos pide con energía ser leído porque para eso fue escrito, para ser entendido por otra sensibilidad. Para hacer esa plataforma de encuentro que José Saramago propone entre el pasado que somos y el presente que empezamos dejar de ser.

“Leemos porque vivimos, de alguna manera vivimos porque leemos. La vida nos empuja a leer, el libro despierta el pensamiento, nos activa”. La reflexión de cada día, la actividad cotidiana. El pan, la lectura, el encuentro. ¿Alguien da más? José Saramago lo dio todo.
Pilar del Río
 


Desde nuestro centro, para conmemorar dicha efeméride, y aprovechando que se acerca la navidad, te invitamos a disfrutar con la lectura  del ciclo navideño El alba del alhelí.  Se trata de catorce poemas reunidos bajo el título Navidad que  inspiraron las distintas figuritas del Nacimiento.


NAVIDAD


1

 ¡Muchachas, las panderetas!
 De abajo yo, por las cuestas,
 cantando, hacia el barrio alto.

 La Virgen María
 llorando, arrecida,
 hacia el barrio bajo.

 ¡Las panderetas, muchachas!

 2

 - Un portal.
 - No lo tenemos.
 - Por una noche...
 - ¿Quién eres?
 - La Virgen.
 - ¿La Virgen tú,
 tan cubiertita de nieve?
 - Sí.

 3

 La mejor casa, Señora,
 la mejor,
 si sois la Madre de Dios.

 Que tenga la mejor cama,
 Señora,
 la mejor,
 si sois la Madre de Dios.

 ¡Abran los portales, abran!
 Pronto,
 por favor,
 que está la Madre de Dios!

 4

 ¡Sin dinero, Buen Amor!
 ¡Y tu padre carpintero!
 ¿Cómo vivir sin dinero?

 - ¡Vendedor,
 que se muere mi alba en flor!

 ¡Sin pañales mi lucero!
 ¡Y sin manta abrigadora,
 temblando tú, Buen Amor!

 - ¡Vendedora,
 que se muere mi alba en flor!

 5

 AL Y DEL

 En un carrito, tirado
 por una mula, al mercado,
 San José.

 - ¡Arre, mula, eh!

 En un carrito, sembrado
 de verduras, del mercado,
 San José.

 - ¡Vuela, mula, eh!

 6

 EL ÁNGEL CONFITERO

 De la gloria, volandero,
 baja el ángel confitero.

 - ¡Para ti, Virgen María,
 y para ti, Carpintero,
 toda la confitería!

 - ¿Y para mí?
 - Para ti,
 granitos de ajonjolí.

 A la gloria, volandero,
 sube el ángel confitero.

 7

 LA HORTELANA DEL MAR

 Descalza, desnuda y muerta,
 vengo yo de tanto andar.
 ¡Soy la hortelana del mar!

 Dejé, mi Niño, mi huerta,
 para venirte a cantar:

 ¡Soy la hortelana del mar...
 y, mírame, vengo muerta!

 8

 EL CAZADOR Y EL LEÑADOR

 - Y di, ¿qué me traes a mí?
 - Un ánsar del río
 te traigo yo a ti.
 - ¿Y qué eres tú, di?

 - Cazador.
 - Gracias, cazador.

 - Y tú, ¿qué me traes a mí?

 - Fuego para el frío
 te traigo yo a ti.

 - ¿Y qué eres tú, di?

 - Leñador.
 - Gracias, leñador.

 9

 EL PLATERO

 - A la Virgen, un collar,
 y al Niño Dios un anillo.

 - Platerillo,
 no te los podré pagar.

 - ¡Si yo no quiero dinero!

 - ¿Y entonces qué?, di.
 - Besar
 al Niño es lo que yo quiero.

 - Besa, sí.

 10

 EL PESCADOR

 Toda la noche pescando
 y todo el día remando,
 para encontrarte llorando.

 No llores tú, Niño mío,
 que estos luceros de río,
 verdes, te irán consolando.

 11

 EL ZAPATERO

 Zapatitos de esmeralda,
 con hebillas de platino.

 - ¡Deja esa cuna de avena
 y esa almohada de trigo!

 Zapatitos de esmeralda,
 con lazadas de oro fino.

 - ¡Déjala, Amor, y, calzados
 tus pies, al cielo conmigo!

 Zapatitos de esmeralda,
 con hebillas de platino.

 12

 EL SOMBRERERO

 - Para las nieves de enero...
 - ¿Qué para las nieves, di?
 - Un sombrero.
 - ¿Y quién me lo ofrece a mí?
 - ¡Quién va a ser! ¡El sombrerero!

 13

 LOS TRES NOES

 Primer no

 - Pastor que vas con tus cabras
 cantando por los caminos,
 ¿quieres darme una cabrita
 para que juegue mi niño?

 - Muy contento se la diera,
 si el dueño de mi ganado,
 Señora, lo permitiera.

 Segundo no

 - Aceitunero que estás
 vareando los olivos,
 ¿me das tres aceitunitas
 para que juegue mi niño?

 - Muy contento se las diera,
 si el dueño del olivar,
 Señora, lo permitiera.

 Tercer no

 - Ventero amigo que estás
 sentado en tu ventorrillo,
 ¿quieres darme una cunita
 para que duerma mi niño?

 - Muy contento se la diera, 
si hubiese sitio y el ama,
 Señora, lo permitiera.

14

 VÍSPERA DE LA HUIDA A EGIPTO

 - La albarda mejor de todas
 las tuyas, albardonero.

 - Carpintero,
 ¿para qué?

 - Mañana te lo diré.
 Voy muy lejos...

 - La mejor mula de todas
 las tuyas, mi buen mulero.

- Carpintero,
 ¿para qué?

 - Mañana te lo diré.
 Voy muy lejos...



Más información sobre el Día de la Lectura en Andalucía aquí.

Descubre qué celebramos en estos días en Andalucía: Pincha aquí

domingo, 16 de diciembre de 2012

La adoración de los tres Reyes de Oriente (Valle Inclán)

Ramón María del Valle-Inclán (1866 – 1936) fue un dramaturgo, poeta y novelista español, que formó parte de la corriente literaria denominada Modernismo en España y se encuentra próximo, en sus últimas obras, a la denominada Generación del 98; se le considera uno de los autores clave de la literatura española del siglo XX.

Dentro del más puro estilo modernista está el siguiente fragmento donde nos ofrece su versión de la adoración de los Reyes Magos.


La adoración de los tres Reyes de Oriente

Y aquellos tres Reyes, que llegaban de Oriente en sus camellos blancos, volvieron a inclinar las frentes coronadas, y arrastrando sus mantos de púrpura y cruzadas las manos sobre el pecho, penetraron en el establo. Sus sandalias bordadas de oro producían un armonioso rumor. El Niño que dormía en el pesebre sobre rubia paja de centeno sonrió en sueños. A su lado hallábase la Madre, que lo contemplaba de rodillas con las manos juntas. Un ángel tenía sobre la cuna sus alas de luz, y las pestañas del Niño temblaban como mariposas rubias, y los tres Reyes se postraron para adorarle, y luego besaron los pies del Niño. Para que no se despertase, con las manos apartaban las luengas barbas que eran graves y solemnes como oraciones. Después se levantaron, y volviéndose a sus camellos le trajeron sus dones: oro, incienso y mirra.

Después se levantaron para irse, porque ya rayaba el alba. Se tornaban a sus tierras, cuando fueron advertidos por el cántico lejano de una vieja y una niña. Y era éste el cantar remoto de las voces:



Camiña de Santos Reyes

por camiños desviados,

que por los camiños reaes

Herodes mandou soldados.



Ramón María del Valle-Inclán

ACTIVIDADES

1. Fíjate en todos los adjetivos que emplea el autor para su descripción, muchos de ellos son epítetos. Extráelos junto al sustantivo al que acompañan.

2. Señala las metáforas y las comparaciones del texto y explícalas.





Descripción literaria de un cuadro de El Greco


Observa atentamente el cuadro atribuido a El Greco La adoración de los Magos, y lee la descripción de su “contenido” reproducida a continuación.

“La Virgen, con el Niño en brazos, el gesto dulce y serio, se cubre con una túnica de color rojo fresa. El Infante se vuelve hacia uno de los Reyes que, situado a la izquierda, viste ricos paños de color verde. Todavía más a la izquierda se muestran dos bellos jóvenes, de los que el más próximo lleva un traje rosa y monta un caballo blanco. San José, situado detrás de la Virgen, saca, ladeándola, su cabeza, que roza con la cara el pelo del Niño y con la frente casi toca la del adorador. A la derecha, el Rey negro, casi vuelto de espaldas, y cubierto de manto rojo, contempla la escena con rostro serio y poco expresivo, y lleva en las manos una copa de plata cuya tapadera levanta con la derecha. La composición que preside el grupo que forman el Rey adorando al Niño en brazos de la madre se muestra en dos planos: uno elevado sobre una especie de tarima y fondo decorado con pórtico de columnas sobre el que aparece la Sagrada Familia, y otro frente al primero, en el que se sitúan los Magos”.

Intenta describir, empleando una técnica similar, este otro cuadro de El Greco Adoración de los pastores.






El niño somalí (Gloria Fuertes)


La Navidad es la época del año en la que más se incita al consumo: regalos, dulces, juguetes... ¿pero son estas cosas de verdad tan necesarias?
Os invito a reflexionar sobre ello con este poema de Gloria Fuertes.


"El niño somalí"

(Dedicado a los mayores)



Hoy tengo la gripe,

pero no me duele la espalda.

Hoy solo me duele la mirada

de ese niño somalí.

Es un niño que no tiene nada.

Niño sin juguetes, sin comida,

sin agua.

Estuve allí,

y le dije al niño somalí:

-Te traigo unos cuentos.

Y el niño me dijo con la mirada:

-Yo no estoy para cuentos

ni para nada.



Hoy yo tampoco estoy para versos

porque me duele la mirada

de ese niño de Somalia.



Es un niño que solo tiene moscas

en los ojos y en los labios secos.

(Son de esas moscas

que solo pican a los muertos).




sábado, 15 de diciembre de 2012

La Navidad preferida (Vicente Aleixandre)


Vicente Aleixandre es un poeta andaluz (Sevilla, 1898) que pasó parte de su infancia en Málaga. El poeta recuerda en este poema la Navidad de su niñez.


La Navidad preferida

(Belén malagueño)



Alguien te pregunta

-lo estoy escuchando-:

¿Qué Navidad amas?



Aves grandes vuelan

con picos oscuros,

con alas nevadas.



Navidad querida

junto a la ribera

de mi mar de Málaga.



Niño, sol y conchas.

Y un girar de espumas

en la arena plácida.



La verdad vivía.

Nadie diga nunca:

la verdad se engaña.



La niñez sabía

con sabiduría

de cabeza blanca.



¡Oh, montañas puras

de corcho! y ¡oh, estrellas

de papel de plata!



La mano del niño

sapiente, un instante

del vidrio hacía agua.



Y mágicamente

descorría nubes

de algodón en rama.



Mano gigantesca

que en el "Nacimiento"

sin temblar tocaba,

transformaba, hacía,

construía; un día

fuerte derribaba.



El niño salía

después a la mar.

Desnudo, rodaba.
 
 
ACTIVIDADES
 
1. Mide las dos primeras estrofas y comenta su rima.

2. Busca en el texto palabras del campo semántico del mar.

3. Lee atentamente la segunda estrofa, ¿a qué pájaros se puede estar refiriendo el poeta?

4. ¿Que elementos clásicos de los belenes navideños aparecen en el poema?

5. ¿Por qué es este un texto lírico?




La imagen y el vídeo que veis en esta entrada del blog corresponden al belén que nuestros alumnos de 2º ESO A y B han montado en nuestro centro.

La niña de los fósforos


¡Qué frío hacía!; nevaba y comenzaba a oscurecer; era la última noche del año, la noche de San Silvestre. Bajo aquel frío y en aquella oscuridad, pasaba por la calle una pobre niña, descalza y con la cabeza descubierta. Verdad es que al salir de su casa llevaba zapatillas, pero, ¡de qué le sirvieron! Eran unas zapatillas que su madre había llevado últimamente, y a la pequeña le venían tan grandes, que las perdió al cruzar corriendo la calle para librarse de dos coches que venían a toda velocidad. Una de las zapatillas no hubo medio de encontrarla, y la otra se la había puesto un mozalbete, que dijo que la haría servir de cuna el día que tuviese hijos.

Y así la pobrecilla andaba descalza con los desnudos piececitos completamente amoratados por el frío. En un viejo delantal llevaba un puñado de fósforos, y un paquete en una mano. En todo el santo día nadie le había comprado nada, ni le había dado un mísero chelín; volvíase a su casa hambrienta y medio helada, ¡y parecía tan abatida, la pobrecilla! Los copos de nieve caían sobre su largo cabello rubio, cuyos hermosos rizos le cubrían el cuello; pero no estaba ella para presumir.

En un ángulo que formaban dos casas -una más saliente que la otra-, se sentó en el suelo y se acurrucó hecha un ovillo. Encogía los piececitos todo lo posible, pero el frío la iba invadiendo, y, por otra parte, no se atrevía a volver a casa, pues no había vendido ni un fósforo, ni recogido un triste céntimo. Su padre le pegaría, además de que en casa hacía frío también; sólo los cobijaba el tejado, y el viento entraba por todas partes, pese a la paja y los trapos con que habían procurado tapar las rendijas. Tenía las manitas casi ateridas de frío. ¡Ay, un fósforo la aliviaría seguramente! ¡Si se atreviese a sacar uno solo del manojo, frotarlo contra la pared y calentarse los dedos! Y sacó uno: «¡ritch!». ¡Cómo chispeó y cómo quemaba! Dio una llama clara, cálida, como una lucecita, cuando la resguardó con la mano; una luz maravillosa. Le pareció a la pequeñuela que estaba sentada junto a una gran estufa de hierro, con pies y campana de latón; el fuego ardía magníficamente en su interior, ¡y calentaba tan bien! La niña alargó los pies para calentárselos a su vez, pero se extinguió la llama, se esfumó la estufa, y ella se quedó sentada, con el resto de la consumida cerilla en la mano.

Encendió otra, que, al arder y proyectar su luz sobre la pared, volvió a ésta transparente como si fuese de gasa, y la niña pudo ver el interior de una habitación donde estaba la mesa puesta, cubierta con un blanquísimo mantel y fina porcelana. Un pato asado humeaba deliciosamente, relleno de ciruelas y manzanas. Y lo mejor del caso fue que el pato saltó fuera de la fuente y, anadeando por el suelo con un tenedor y un cuchillo a la espalda, se dirigió hacia la pobre muchachita. Pero en aquel momento se apagó el fósforo, dejando visible tan sólo la gruesa y fría pared.

Encendió la niña una tercera cerilla, y se encontró sentada debajo de un hermosísimo árbol de Navidad. Era aún más alto y más bonito que el que viera la última Nochebuena, a través de la puerta de cristales, en casa del rico comerciante. Millares de velitas, ardían en las ramas verdes, y de éstas colgaban pintadas estampas, semejantes a las que adornaban los escaparates. La pequeña levantó los dos bracitos... y entonces se apagó el fósforo. Todas las lucecitas se remontaron a lo alto, y ella se dio cuenta de que eran las rutilantes estrellas del cielo; una de ellas se desprendió y trazó en el firmamento una larga estela de fuego.

«Alguien se está muriendo» -pensó la niña, pues su abuela, la única persona que la había querido, pero que estaba muerta ya, le había dicho-: Cuando una estrella cae, un alma se eleva hacia Dios.

Frotó una nueva cerilla contra la pared; se iluminó el espacio inmediato, y apareció la anciana abuelita, radiante, dulce y cariñosa.

-¡Abuelita! -exclamó la pequeña-. ¡Llévame, contigo! Sé que te irás también cuando se apague el fósforo, del mismo modo que se fueron la estufa, el asado y el árbol de Navidad. Se apresuró a encender los fósforos que le quedaban, afanosa de no perder a su abuela; y los fósforos brillaron con luz más clara que la del pleno día. Nunca la abuelita había sido tan alta y tan hermosa; tomó a la niña en el brazo y, envueltas las dos en un gran resplandor, henchidas de gozo, emprendieron el vuelo hacia las alturas, sin que la pequeña sintiera ya frío, hambre ni miedo. Estaban en la mansión de Dios Nuestro Señor.

Pero en el ángulo de la casa, la fría madrugada descubrió a la chiquilla, rojas las mejillas, y la boca sonriente... Muerta, muerta de frío en la última noche del Año Viejo. La primera mañana del Nuevo Año iluminó el pequeño cadáver, sentado, con sus fósforos, un paquetito de los cuales aparecía consumido casi del todo. «¡Quiso calentarse!», dijo la gente. Pero nadie supo las maravillas que había visto, ni el esplendor con que, en compañía de su anciana abuelita, había subido a la gloria del Año Nuevo.

FIN
Cuento infantil
Hans Christian Andersen

En el siguiente vídeo tenéis un hermoso y triste cortometraje realizado por Disney y Pixar, inspirado en este cuento navideño de Hans Christian Andersen.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Día de la Constitución.

Como sabéis, el 6 de diciembre se celebra el Día de la Constitución. Desde el blog de la biblioteca también queremos poner nuestro granito de arena para que conozcáis un poco mejor su historia.

El siguiente enlace os llevará a numerosos recursos y documentos para celebrar esta efeméride.



Es un día para que los ciudadanos amemos a nuestro país y nos sintamos parte de él, para ello es necesario que lo conozcamos. La falta de información es tal que, en muchas ocasiones, se ignoran incluso los símbolos que nos representan. Desde la web del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) se reseña el folleto divulgativo siguiente, editado por la asociación Disad, que recoge la historia y evolución de los símbolos nacionales: bandera, himno y escudo.

Pinchando sobre la bandera puedes descargar el folleto



martes, 4 de diciembre de 2012

Esas raíces tan… cuadradas


–¿Has terminado tus deberes, Sal?
–Casi. Me falta muy, muy poco.
–¡Bien! Ahora podemos ir a jugar al parque.
–No, voy a esperar a Mati que está a punto de llegar. Quiero que me enseñe a hacer raíces cuadradas.
–Jo, pero eso debe ser muy complicado, gafotas…
–¿Qué es lo que debe ser muy complicado para estos dos niños tan listos? –Mati acababa  de entrar.
–¡Hola, Mati! –saludó Sal efusivamente.
–Hola, Mati, –saludó el pequeño Ven — Calcular raíces cuadradas. Yo sólo estoy en segundo…
–Bueno, pero te voy a enseñar un método para hacerlo en el que sólo se necesita saber sumar, multiplicar y dividir. Y como Sal está en 5º y ya sabe hacerlo…
El gafotas sonrió orgulloso.
–¿Sólo con eso? –preguntó Sal.
–Sólo con eso, caballeros –afirmó Mati –¿Queréis que os lo cuente?
–¡Sí! –respondieron al unísono los dos hermanos.
–A ver, decidme un número… –dijo la pelirroja.
–Pero, Mati, ¿qué significa la raíz cuadrada? –preguntó Ven arrugando mucho la naricilla.
–La raíz cuadrada de un número es otro número de forma que si éste lo multiplicamos por sí mismo, nos sale el primero –respondió ella.
Ante la cara de desconcierto del pequeño Ven, Mati continuó:
–Por ejemplo, la raíz cuadrada de 4 es 2, porque 2 x 2 es 4, ¿me explico?
–Entiendo… –dijo Ven pensativo  –O sea que la raíz cuadrada de 9 es 3, porque 3 x 3 es 9, ¿no es así?
–Efectivamente, muy bien, Ven.
–¿Nos podemos ir ya al parque?
–No, Ven –protestó su hermano — Ésas son las fáciles –y dirigiéndose a Mati dijo –Quiero calcular la raíz cuadrada de … de 247.
–Toma… –se asombró el pequeño.
–Muy bien –dijo Mati– Decidme un número que creáis que podría ser la raíz cuadrada de 247.
Sal se puso a pensar, Ven puso la mano en el hombro de su hermano mostrando apoyo moral.
–Bueno… –pensaba el gafotas –10 x 10 son 100…es muy poco…20 x 20 son 400 eso es mucho …15 x 15 es… 15  x 10 que son 150 más 15 x 5 que son 5 x 5 x 375… O sea, 225… Es poco, también…
–Sí, pero está cerca de 247 –dijo Mati– Empecemos con 15, por ejemplo. podemos empezar con cualquier número que multiplicado por sí mismo dé menos que 247.
Mati tomó su libreta.
–Ahora nos preguntamos, ¿es 15 la raíz cuadrada de 247? Si no sabemos cuánto es 15 x 15, para comprobar si 15 es la raíz cuadrada de 247, dividimos 247 entre 15. Si no sale 15, es que no es su raíz cuadrada.
–¿Puedo hacer yo la división, Mati? –preguntó Sal.
–¡Claro!
Sal se puso a trabajar en la libreta.
–¿Cuántos decimales saco?
–Nos conformaremos con 3.
–De todas formas, ya sé que todos los demás serán 6... -añadió Sal.
–Ahora hacemos lo siguiente: como nuestro primer candidato, 15, no era la raíz cuadrada de 247, nos fijamos en el resultado de dividir 247 entre 15, que es 16’466. Hacemos las media entre el primer candidato y el resultado de esta división, y tendremos el segundo candidato a ser la raíz cuadrada de 247 : 15’733.
–¿Y ahora, Mati? –preguntó Sal impaciente.
–Vamos a hacer lo mismo. Dividimos 247 entre el segundo candidato, 15’733,  para ver si es su raíz cuadrada, si no nos sale el segundo candidato, hacemos la media entre él y el resultado de la división para obtener el tercer candidato. Lo vamos a escribir en una tabla para que se vea más claro el proceso.
–Y ahora, Mati, dividimos 247 entre el tercer candidato, que es 15’716, a ver si nos sale lo mismo, ¿no? –preguntó el gafotas.
–Eso es –respondió ella.
–¡Toma, toma, toma! ¡Cómo mola! ¡Ya nos ha salido! –el pequeño Ven no supo disimular su emoción.
–La raíz cuadrada de 247 es 15’716 –dijo Sal con voz de presentador de televisión.
–Sí, señor. Si queréis obtener más cifras decimales, basta con obtener más decimales desde el principio de este proceso.
–¡Qué fácil, Mati! –Sal estaba entusiamado.
–Sí, este método permite fácil y rápidamente calcular la raíz cuadrada de un número y es más fácil de recordar que el que me contaron a mí cuando iba al cole –respondió la pelirroja.
–¿Cómo era? –quiso saber Sal.
–Al final, no iremos al parque… -se quejó su hermano.
–Veréis hacíamos un dibujo como éste. Separábamos las cifras de 2 en 2, empezando por la derecha y nos fijábamos en las 2 que se quedaban más a la izquierda. En este caso sólo una, el 2. Ahora pensamos qué número al cuadrado, es decir, multiplicado por sí mismo, da 2 o menos de 2, que es la cifra que estamos mirando.
–¡El 1! –dijo Sal inmediatamente.
–Muy bien, Sal. Ése lo ponemos ya arriba en naranja, porque es definitivo. Ahora restamos 1, a 2 y bajamos las dos cifras siguientes. tenemos el 147. Separamos la cifra de la derecha, el 7, y nos fijamos en 14.
–En otro nivel, que marcamos con otra línea, multiplicamos 2 por el número que está arriba ya definitivo, el que hemos puesto en color naranja. En nuestro caso, 2 x 1, que es 2. Tenemos que conseguir un número A de forma que 2A x A, sea menor que 147. Probamos con A igual a 7, que es el número que hemos separado, 14, dividido por 2, que hemos obtenido de 2 x 1.
–No, vale, Mati –dijo Ven –Sale 189.
–Probemos con A igual a 6
–Tampoco vale –protestó el pequeño — Sale 156.
–A ver con A igual a 5
–¡Toma, éste sí! –contestó ven con alegría –Es 125, menor que 147.
–Muy bien, Ven. Subimos el 5 arriba, lo ponemos en naranja, porque es definitivo. Restamos 125 de 147 y para poder calcular decimales, como no nos quedan más números, bajamos dos ceros y repetimos el proceso –continuó Mati — Separamos el 0 de la derecha de 2200, nos quedan 220. Multiplicamos 2 por la cifra naranja, 15, nos da 30 y necesitamos un número A de forma que 30A  x A sea menor que 2200. probamos con 220 dividido entre 30, o sea , 7, y sí, sale. Subimos el 7 arriba, en naranja.
–Es un poco lío, Mati… –se quejó Ven.
–Sí, el primero era más fácil –corroboró Sal.
–Efectivamente –dijo ella –y todavía sólo hemos sacado un decimal, si queremos 3, como antes, tendremos que seguir añadiendo ceros de 2 en 2.
–Pues yo me quedaré con el primero para calcular las distancias con el teorema de Pitágoras –concluyó Sal.
–¿Y si hablamos de esto en el parque? –preguntó Ven con una sonrisa pícara.
–Yo creo que sí –respondió la gafotas –Este perrito necesita un poco de aire fresco…

Mati, una profesora muy particular
Por Clara y Raquel

3 de diciembre, día de la discapacidad

En 1992, al término del Decenio de las Naciones Unidas para los Impedidos (1983-1992), la Asamblea General proclamó el día 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad. El Decenio había sido un período de toma de conciencia y de medidas orientadas hacia la acción y destinadas al constante mejoramiento de la situación de las personas con discapacidades y a la consecución de la igualdad de oportunidades para ellas. Posteriormente, la Asamblea hizo un llamamiento a los Estados Miembros para que destacaran la celebración del Día, con miras a fomentar una mayor integración en la sociedad de las personas con discapacidades.

  • "Alrededor de un 15% de la población mundial, o mil millones de personas, viven con algún tipo de discapacidad. El público en general y las instancias decisorias ignoran a menudo el gran número de personas que viven con discapacidades y deficiencias en todo el mundo y los problemas que han de afrontar. La misión de la OMS consiste en mejorar la calidad de vida de esas personas mediante actividades nacionales, regionales y mundiales, y en promover la toma de conciencia sobre la magnitud y las consecuencias del problema. La jornada tiene por objeto dar a conocer mejor los distintos aspectos de las discapacidades y concitar apoyo a la dignidad, los derechos y el bienestar de las personas con discapacidad. Se pretende también realizar un trabajo de sensibilización sobre las ventajas que pueden derivarse de la integración de las personas con discapacidad en todas las facetas de la vida". Organización Mundial de la Salud.
 Fuente: WIKIPEDIA.

"Deseo que en un tiempo cercano se deje de celebrar el día de la discapacidad, porque es a partir de ese momento cuando una persona discapacitada será considerada como parte dinámica de esta sociedad y no como una carga".

Recursos educativos en el portal del INTEF.

A continuación tenéis una publicación en forma de cómic (para alumnado entre 11 y 14 años), dirigida a concienciar a los escolares sobre la realidad social de la población con discapacidad asociada a limitaciones en la movilidad. Desarrolla de forma amena y fácilmente comprensible, las dificultades de accesibilidad, desplazamiento, movilidad, acceso y alcance que tiene el alumnado, y en general las personas con dicha discapacidad, así como las alternativas y mecanismos que dan respuesta y solucionan estas dificultades.

Pincha en la imagen para descargar el cómic.